Las emociones son las que nos movilizan en la vida, en todo lo que hacemos. El ser humano se manifiesta por su cuerpo, su lenguaje y sus emociones, y hay una coherencia en estos tres aspectos debido a la interrelación que tienen.
Si estoy alegre, esa alegría la expreso con una determinada corporalidad: más erguido, más abierto, con más expresiones y sonrisa en mi rostro. Mi lenguaje, tanto mis conversaciones internas como hacia los demás, van a ser de compartir, de contar lo que me está ocurriendo y en general decir palabras que agraden.
En caso que esté enojado la cosa va a ser muy distinta respecto a mi corporalidad y mi lenguaje. Ni hablar de los pensamientos que me quedo rumiando en mis conversaciones internas.
Como verán existe una coherencia entre mi cuerpo, mi lenguaje y mis emociones cuando ocurre un evento que me generó una emoción determinada como la alegría o el enojo. Hasta acá venimos bien y esto lo podemos experimentar en forma mas o menos conciente todo los días. El tema es conocernos con que emocionalidad estamos la mayor parte del día, de que forma nos estamos expresando, relacionándonos, comunicándonos, etc.
Que emocionalidad tenemos en este momento?
Si no podemos encontrar una pronta repuesta a esta pregunta es porque no estamos siendo conciente de nuestros estados de ánimo. Siempre y en todo momento estamos con una emocionalidad determinada y cuando perdura en el tiempo se transforma en mi estado de ánimo que me acompaña permanentemente en mi hacer diario. Es el trasfondo que me hace hacer las cosas de una determinada manera y para la mayoría de las personas los estados de ánimo están en transparencia, no nos damos cuenta que los tenemos…o que nos tienen? Como será esto?
En la medida que me trasforme en un observador de mi estado de ánimo y pueda reconocerlo, entonces podré intervenir y tener un estado de ánimo adecuado a lo que pretendo hacer. Por ejemplo si dentro de media hora tengo una reunión con un grupo de personas para establecer un acuerdo, debo saber como estoy y si necesito hacer alguna intervención para adecuar mi emocionalidad.
Autor: Ing. y Coach Ontologico Aldo Valer
Fuentes: Marcelo Krinsky y Rafael Echeverria “Ontología del Lenguaje”.
Si estoy alegre, esa alegría la expreso con una determinada corporalidad: más erguido, más abierto, con más expresiones y sonrisa en mi rostro. Mi lenguaje, tanto mis conversaciones internas como hacia los demás, van a ser de compartir, de contar lo que me está ocurriendo y en general decir palabras que agraden.
En caso que esté enojado la cosa va a ser muy distinta respecto a mi corporalidad y mi lenguaje. Ni hablar de los pensamientos que me quedo rumiando en mis conversaciones internas.
Como verán existe una coherencia entre mi cuerpo, mi lenguaje y mis emociones cuando ocurre un evento que me generó una emoción determinada como la alegría o el enojo. Hasta acá venimos bien y esto lo podemos experimentar en forma mas o menos conciente todo los días. El tema es conocernos con que emocionalidad estamos la mayor parte del día, de que forma nos estamos expresando, relacionándonos, comunicándonos, etc.
Que emocionalidad tenemos en este momento?
Si no podemos encontrar una pronta repuesta a esta pregunta es porque no estamos siendo conciente de nuestros estados de ánimo. Siempre y en todo momento estamos con una emocionalidad determinada y cuando perdura en el tiempo se transforma en mi estado de ánimo que me acompaña permanentemente en mi hacer diario. Es el trasfondo que me hace hacer las cosas de una determinada manera y para la mayoría de las personas los estados de ánimo están en transparencia, no nos damos cuenta que los tenemos…o que nos tienen? Como será esto?
En la medida que me trasforme en un observador de mi estado de ánimo y pueda reconocerlo, entonces podré intervenir y tener un estado de ánimo adecuado a lo que pretendo hacer. Por ejemplo si dentro de media hora tengo una reunión con un grupo de personas para establecer un acuerdo, debo saber como estoy y si necesito hacer alguna intervención para adecuar mi emocionalidad.
Autor: Ing. y Coach Ontologico Aldo Valer
Fuentes: Marcelo Krinsky y Rafael Echeverria “Ontología del Lenguaje”.
1 comentarios:
A todos los lectores de este texto:
Lo que dice el autor es muy cierto. Por esta razón los invito a reflexionar sobre la importancia que tiene que nosotros, como profesionales en cargos de jefaturas, nos preocupemos de mantener un estado emocional positivo como una forma de poder transmitir entusiasmo y buen humor en el trabajo a nuestros colaboradores. No olvidemos que muchas veces somos el faro en la noche oscura para quienes nos rodean.
Saludos cordiales,
Astrid Fiebich
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